Los tratamientos con láser de carbón activo, también conocidos como "tratamientos de láser Q-switched", son un procedimiento de rejuvenecimiento facial no invasivo que utiliza un láser especializado para mejorar la apariencia de la piel.
El procedimiento comienza aplicando una mascarilla de carbón activo en la piel, que se deja secar durante unos 15 minutos. Luego, se utiliza un láser Q-switched para calentar el carbón y generar una serie de pulsos de luz intensa que penetran en la piel.
El láser de Q-switched es un tipo de láser que produce pulsos muy cortos y de alta energía, lo que permite tratar solo las áreas específicas de la piel que necesitan mejoría.
Los pulsos de luz del láser son absorbidos por las partículas de carbón activo y, al mismo tiempo, se rompen las células muertas de la piel y se estimula la producción de colágeno y elastina. Este proceso ayuda a reducir la apariencia de las arrugas, las manchas solares, los poros dilatados y las cicatrices de acné, y puede mejorar la textura general y el tono de la piel.
Este tratamiento puede ser utilizado en diferentes áreas del cuerpo, como la cara, el cuello, el pecho y las manos. Los resultados del tratamiento pueden variar de persona a persona, pero generalmente se observan mejoras desde la primera sesión.
Para conseguir un buen tratamiento rejuvenecedor se aconseja la realización de 10 sesiones, con aplicaciones cada 21 días de intervalo.
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